Tan nefasta e ineficaz para la mejor defensa de los intereses generales de la plantilla es la permanente parálisis de los sindicatos con representación en el Comité de Empresa, como la acción descoordinada de cada uno de ellos. En UGT no dudamos de la legitimidad que supone que cada uno de los cuatro sindicatos haya decidido en su asamblea de afiliados las acciones o inacciones a llevar a cabo, pero si cada uno establece unos objetivos distintos y las acciones para conseguirlos son también diferentes, los sacrificados son los intereses generales de los trabajadores, y más específicamente los intereses de los compañeros abandonados a su suerte en Plaza Nueva. Además, del ataque de risa que provoca a los mequetrefes que dirigen la empresa la atomización sindical en el Comité.
Que es necesaria una mínima unidad de acción para posibilitar el éxito de las acciones sindicales, sobre todo cuando no existe ningún sindicato con mayoría absoluta en el Comité de Empresa, es algo tan trillado, tan manido, que tenemos la absoluta certeza desde UGT de que no es algo desconocido por ningún dirigente sindical o miembro del actual Comité. ¿Entonces, porque un sindicato decide llevar a cabo paros parciales sin ponerlo en común previamente con el resto de fuerzas sindicales, otro se apunta a las concentraciones, otro a las manifestaciones y el otro no sabe no contesta? Dejamos que sea la inteligencia de los trabajadores la que encuentre respuesta a este pequeño enigma en el anormal comportamiento de las cuatro secciones sindicales con representación en el Comité de Empresa.
Si la acción sindical era de verdad, y no de fogueo, era la Asamblea General de Trabajadores el foro adecuado para el debate, para las propuestas, para tomar decisiones colectivas importantes, para establecer objetivos homogéneos y comunes respaldados por la gran mayoría de los trabajadores, o por unanimidad si cabe. Si la acción sindical era de verdad, y no de fogueo, para UGT los objetivos tenían que ser como mínimo solucionar la vergonzosa e histórica pérdida de poder adquisitivo de los salarios y la solución definitiva de la Bolsa de Desempleo. Son los dos problemas más graves entre otros innumerables y sin resolver.
A la vista de los hechos, en UGT seguimos manteniendo la opinión de que el mayor problema que tienen los trabajadores de Tussam son sus representantes sindicales. Incapaces de ejercer sus funciones básicas como son la negociación de un convenio colectivo digno, con creación de empleo indefinido, y la resolución de cuanta problemática laboral vaya surgiendo, a pesar de contar para ello con un mínimo de 1.240 horas sindicales al mes. Por ello exigimos a los miembros del Comité que dimitan, o por lo menos que promuevan un referéndum para que la plantilla se manifieste de forma libre y secreta sobre el adelanto de las elecciones sindicales.
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