viernes, 16 de septiembre de 2011

¿MÁS RECORTES? ¡NI UN PASO ATRÁS!

El guión está trazado y ninguna administración que dirija el partido conservador va a salirse del establecido corpus doctrinal que forma parte de su innata forma de entender la sociedad y la economía. Austeridad, esa es la palabra de moda entre quienes admiten que solo hay una forma de salir de esta crisis, y para ello nada como hacer lo imposible para que asumamos la inevitabilidad de los recortes sociales o laborales, incluso reforzando la metáfora de sembrar hoy para recoger mañana, cuando es de todos conocidos que los que volverán a usurpar los frutos del mañana serán los mismos que han propiciado con sus especulaciones el hundimiento económico y han sustraído el esfuerzo de años de duro trabajo de millones de ciudadanos.

En las pasadas elecciones municipales los sevillanos han puesto en el sillón de la Alcaldía por una mayoría absoluta a un representante de esa derecha que encuentra en la austeridad el bálsamo mágico para enderezar una situación que, dicen, es producto del despilfarro de la izquierda, pero que omiten cuando los números rojos alcanzan cifras astronómicas en ayuntamientos dirigidos por ellos, como Madrid, Valencia o Málaga.

Vista la situación y las medidas que el partido popular está aplicando allí donde gobierna como única receta para salir de esta crisis, a pesar de haberse calificado como el partido de los trabajadores, desde UGT barruntamos que las directrices del Alcalde para con Tussam no se van a apartar de esa línea de actuación, salvo que Zoido nos sorprenda pasando por la izquierda al Comité de Empresa. Ante esta situación no debería sorprendernos si la negociación del convenio colectivo se presenta en este marco de inevitable austeridad, la cual desde UGT la entendemos como de propuestas empresariales de más recortes, de exigencias de pérdida de derechos, porque presuponen que cualquier derecho es un obstáculo a la viabilidad de la empresa, un freno a su recuperación y un lastre a la eficiencia.

Pero lo verdaderamente preocupante para UGT no sería la actitud, las intenciones o el discurso de la Dirección Política y Empresarial (hasta cierto punto natural y previsible) sino la actitud, las intenciones y el discurso de los llamados a defender los intereses de los trabajadores por encima de cualquier cosa: los sindicatos con representación en el Comité de Empresa.

Esa es la madre del cordero, la indefensión sindical de la plantilla. Porque no nos consta la existencia a lo largo de la vida de la empresa de alguna Dirección Político-Empresarial que quisiera regalar el dinero a los trabajadores en ninguna coyuntura, todo lo contrario; pero sí nos consta la existencia de un Comité de Empresa, y unas fuerzas sindicales, capaces de actuar como un contrapoder al propio poder empresarial a la hora de negociar los convenios. De esta afirmación da buena prueba el siguiente dato: con todas las crisis económicas que hemos sufrido desde 1980 en España, alcanzando tasas de paro del 23% muchos años (ahora está en el 20%) y con corporaciones municipales menos potentes económicamente que la actual, ningún Comité de Empresa ha permitido una sola peseta de pérdida de poder adquisitivo del salario de los trabajadores. Además, generándose empleo indefinido en todos los acuerdos de convenios colectivos. A veces estos acuerdos implicaban más o menos avances,  pero siempre eran avances, en ninguna circunstancia o coyuntura se consintió el retroceso por ninguna fuerza sindical.

Teniendo en cuenta el papel pancista jugado por las distintas fuerzas sindicales representadas en el Comité (aunque cada una de ellas en un grado diferente) en el pésimo acuerdo de convenio de 2009 firmado después de la Feria de ese año por imposición de Guillermo Gutiérrez, conteniendo únicamente una revisión salarial y la creación de una Bolsa de Empleo sin garantía de futuro como se demostró a posteriori. Y teniendo en cuenta el derrotismo, el aburguesamiento, la pasividad del mismo Comité de Empresa ante las decenas de ataques, con una exclusiva finalidad punitiva, sufridos por los trabajadores por parte de la anterior Dirección Político-Gerencial durante los últimos tres años (entre otros, 2010 y 2011 sin convenio y provocando el único expolio de la historia en el poder adquisitivo de los salarios); mucho nos tememos que se puede dar una rendición sindical antes de iniciar siquiera la pelea. Un perder el partido de futbol sin saltar al césped. Un asumir más recortes para la plantilla a priori, con justificaciones a posteriori en la crisis griega; intentado eludir de esta manera la responsabilidad sindical del histórico fracaso en la defensa de los intereses de los trabajadores en estos tres años.

Por el bien de la plantilla esperamos errar en nuestra previsión. Deseamos que aquellas secciones sindicales que siempre critican con dureza que los sindicatos mayoritarios españoles son los responsables de la pérdida de derechos de los trabajadores, sean coherentes y no pacten ni permitan un mayor retroceso sobre lo que actualmente queda en Tussam. Estamos a la espera de que esa independiente alternativa sindical promueva algún tipo de movilización que haga retroceder las políticas neoliberales que se están imponiendo, porque entendemos que son precisamente alternativas a los sindicatos mayoritarios para algo, aunque da la sensación de que no tienen en su agenda a corto plazo ninguna, salvo el manido discurso de que los sindicatos mayoritarios están entregados y corrompidos.

Y es que atrás ya quedaron las imaginativas e iluminadoras ideas que en su día se publicaron para solucionar problemas que estaban atascados. Ya no se ha hablado más de ese tipo de ERE que no es un ERE, pero que te enviaba a tu casa toda una semana para dar cabida a los trabajadores de la bolsa. Como también en el olvido han quedado los esperanzadores programas electorales con los que se presentaron estas secciones sindicales en octubre de 2008, que incluían propuestas que si las volviésemos a leer nos sorprenderían porque parece ser que, al igual que el actual Presidente del Gobierno, no vieron llegar la crisis a pesar de que en ese año ya estábamos en plena recesión económica.

Repetimos de nuevo de forma meridiana una de las posiciones sindicales de UGT. La anterior Dirección Político-Empresarial es la causante fundamental del maltrato a la empresa: el Gobierno Municipal saliente por seguir con la tendencia que comenzó en los años noventa de no cubrir los  gastos con las transferencias municipales anuales que le corresponde al Ayuntamiento, endosando además el costoso Metrocentro a nuestra empresa; la Dirección (sin excluir a los directivos actuales) por expulsar a diez millones de viajeros, originando con ello un auténtico desastre económico y social.

Teniendo claro la nula responsabilidad de los trabajadores en la generación de la Deuda que lastra a Tussam, si las organizaciones sindicales del Comité y la nueva Dirección Político-Gerencial tienen intención de hacer recaer sobre la espalda de los trabajadores la amortización de un solo céntimo de esa Deuda, tendrán enfrente a UGT. Negro sobre blanco expresamos nuestro rechazo más absoluto a que la mala gestión provocada por unos ineptos se pague con más recortes salariales, con peores condiciones laborales y haciendo sufrir más a los compañeros de la Bolsa, aunque los sacrificios sean proporcionales.

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