lunes, 4 de junio de 2012

TUSSAM: LA CENICIENTA DEL AYUNTAMIENTO


            Que no le quepa la mínima duda a los trabajadores de la plantilla que el acuerdo alcanzando por los cuatro sindicatos representados en el Comité y la Dirección de la Empresa, implica una reducción drástica e irrecuperable en el poder adquisitivo de nuestros salarios. Que cada uno haga sus propios cálculos tranquilamente, teniendo lógicamente presente el computar los efectos de la inflación. 

Si algún trabajador no se quiere molestar en realizar los cálculos puede leer, entre otros, el punto número 38.2.7del acuerdo, que establece lo siguiente: “Si durante los años comprendidos entre 2012 y 2016, ambos incluidos, se aprobase normativa legal presupuestaria que implicara reducción salarial superior a la contenida en este convenio, el importe de todos los conceptos retributivos sobre los que se aplicará el correspondiente porcentaje será (…)”. Es decir, se reconoce en primer lugar que el acuerdo implica una reducción salarial; y además, que si se aprobase legalmente otro recorte salarial los cuatro sindicatos del Comité de Empresa ya han dado su visto bueno a su aplicación inmediata y automática, sin esperar a conocer siquiera si esa normativa legal presupuestaria vincula jurídicamente a nuestra empresa o no.

Otra cuestión es la magnitud de la disminución del poder de compra, que es más discutible puesto que su estimación depende de variables económicas como la inflación futura. En la hipótesis más optimista para los trabajadores, en la que la Dirección de la Empresa no se descuelgue del convenio colectivo por causa objetiva y no se apruebe normativa legal presupuestaria con más recorte salarial; estimamos para los años de vigencia del convenio colectivo una pérdida de poder adquisitivo aproximadamente del 12 % para un trabajador que cobrara en 2009 un importe bruto anual de 30.000 euros.

Y una ultima cuestión, la cual nos produce muchísima indignación sindical, es que los trabajadores que más ganan sufren una pérdida de poder adquisitivo menor, y los que menos ganan una pérdida mayor. Es decir, el recorte pactado no es progresivo, ni siquiera proporcional, sino regresivo. Algo totalmente sorprendente, impropio y anormal en organizaciones sindicales que dicen defender la justicia social, el reparto de la riqueza, el Estado del Bienestar, la progresividad en el sistema tributario, la solidaridad, etc., etc.

¿Qué ha pasado en otros ámbitos municipales hasta la fecha? En el acuerdo alcanzando por el Comité de Empresa y los responsables empresariales de LIPASAM el pasado Martes Santo, que desconvocaba finalmente la huelga prevista entre el Miércoles Santo y el Sábado Santo, se regula lo siguiente:
- Prorrogar el Convenio Colectivo un año (2012), manteniendo los mismos conceptos sociales y salariales que tenían a 31/12/2011.  
- La reducción del 5% de los gastos de personal será de aplicación a partir de 2013. Durante el transcurso de este año 2012 las partes se comprometen a estudiar y concretar donde se aplicará tal reducción.

Es decir, que de momento en LIPASAM han conseguido aplazar para 2013 la poda salarial, y ya veremos si finalmente se aplica o no y en qué porcentaje. Estaremos expectantes de la evolución negociadora en dicha empresa municipal.

En cuanto al acuerdo alcanzando por la Policía Local, después de varias semanas de conflicto con huelga de “bolis caídos” incluida, con el Alcalde en plena Feria de Abril, contempla el pago a finales del presente año 2012 de algo más de un 20% de los 2.900.000 euros adeudados a la plantilla en concepto de reclasificación profesional, es decir, unos 600.000 euros, mientras que el resto se abonará en el transcurso de los ejercicios 2013 y 2014. Esto implica que el incremento salarial medio en la Policía Local será de 2.369 euros. Y algo parecido ha prometido el Alcalde para el Cuerpo de Bomberos.

Como corolario de lo expuesto, estamos convencidos en UGT, que la debilidad y el pancismo de los sindicatos con representación en el Comité de Empresa, son causa directa de que los mayores sacrificados en la austeridad laboral defendida por el Gobierno Municipal sean los trabajadores de Tussam. En función de la fortaleza y resistencia sindical que se ha ido encontrando el Ayuntamiento a la hora de llevar a cabo sus planes de ajuste salarial, así ha sido el resultado final de las negociaciones. Obviamente, a más debilidad sindical más perjuicio económico para los trabajadores.

  En varias ocasiones el Alcalde manifestó que la deuda de TUSSAM era producto exclusivo de la mala gestión del anterior Gobierno Municipal, y en ningún caso causada por privilegios ni excesos en condiciones laborales/salariales de los trabajadores. Pero finalmente, nos ha hecho pagar a todos nosotros por aquella mala gestión. Fuimos victimas de los anteriores y hemos sido penalizados por los actuales con el beneplácito de unas elites sindicales que no han sabido defender los derechos de los trabajadores. Como ejemplo, la sutil medida de “bolis caídos” de la Policía Local que ha permitido conseguir a este colectivo sus reivindicaciones.

Además, resulta paradójico y muy injusto que el Alcalde tenga más ganas de aplicar recortes salariales en sus empleados que en sus directivos. El Ayuntamiento de Sevilla no cumple con el Real Decreto emitido por el Gobierno de España sobre “Regulación del régimen retributivo de los máximos responsables del sector publico empresarial” aprobado a principios de este año. Este Real Decreto impone los siguientes límites: los directores de las grandes empresas cobrarán 105.000 euros anuales como máximo, los de las medianas recibirán 80.000 euros y los de las pequeñas tendrán un salario de 55.000.

Sin embargo, existen cuatro directores gerentes que claramente rebasan el límite salarial más alto de los tres: el de Fibes (150.000 euros), el de Emasesa (134.714 euros), el de Urbanismo (127.233 euros) y el de Emvisesa (113.431 euros). Respecto a nuestro Director-Gerente su sueldo ronda los 100.000 euros. La opinión de esta sección sindical de UGT, expresada ya otras veces en nuestros escritos, es la siguiente: nadie perteneciente al sector público municipal de Sevilla puede ganar más que el Alcalde (59.000 euros). Por consiguiente, instamos al Alcalde a aplicar con carácter de urgencia un tope máximo salarial de 55.000 euros en todo el sector público municipal a su cargo.

Por desgracia, las disminuciones salariales aplicadas en nuestra empresa, con el consentimiento gravísimo e histórico de los sindicatos representados en el Comité de Empresa, van a servir para financiar la subida salarial de la Policía Local, la Copa Davis (60.000 euros puestos directamente por TUSSAM), o engendros como el proyecto municipal Operación Talento (un concurso a lo “operación triunfo” para jóvenes sevillanos aficionados a la música, con un coste de 21.000 euros).

Por ultimo, respetamos desde UGT el resultado favorable del referéndum sobre el convenio, del mismo modo que esperamos sea respetada nuestra posición sindical y la de los 203 compañeros que ejercieron su voto sin apoyar el acuerdo, a pesar de la unanimidad sindical y gerencial solicitando el sí. Estamos convencidos de que si llega a celebrarse una Asamblea General de Trabajadores, convocada por el Comité de Empresa, el perjuicio salarial para la plantilla hubiese sido menor, pero no quisieron que los trabajadores debatieran, ni marcaran directrices en pleno proceso negociador. 

¿POR QUÉ TANTO SILENCIO?


A falta de asuntos más importantes parece ser que los sindicatos firmantes del mayor retroceso en las condiciones laborales y económicas de los trabajadores de TUSSAM se reúnen con la Gerencia para tratar cuestiones que requieren de una gran dosis de capacidad negociadora.

Entre esos asuntos esta la comunicación de la Gerencia sobre el proyecto de nuevos carriles bus, eso sí, sin especificar la fecha de inicio y finalización, compromiso adquirido por el Alcalde a la hora de ejecutar cualquier medida, así que estamos ante un proyecto que solo esta sobre el papel, que es donde realmente queda bien las buenas intenciones, aunque según las informaciones aparecidas no parece ser que se vayan a instalar en zonas de especial saturación de tráfico. Recordemos que la única medida tomada con relación a la movilidad ha sido la derogación del Plan Centro, que ha supuesto el colapso permanente de los accesos por la Alameda y por la Puerta de Osario y la aglomeración de autobuses en la Plaza del Duque. Quedamos a la espera de saber el incremento del empleo en el comercio de la zona que ha supuesto eliminar esta medida restrictiva, como así manifestaban algunas de las asociaciones de comerciantes.

Otro de los asuntos tratados ha sido la sustitución de las tazas turcas por váteres convencionales, es decir, los de toda la vida, cuestión esta de urgente solución, quedando suponemos a definir en una próxima reunión el color y tamaño, que como siempre será catalogado de acuerdo histórico, sin precedentes, un hito, un antes y un después, aunque deberían, si no lo tienen claro, hacer un referéndum, no vaya a ser que después de tan arduo y laborioso acuerdo no se elija el apropiado para tan ineludible necesidad fisiológica.

Llegamos a uno de los acuerdos estrella: la redacción y la impresión del convenio colectivo, también catalogado como histórico, donde parece ser que se visualizaran de forma clara a todas las partes, es decir, los expoliadores y los expoliados de sus derechos. Que no quede duda de quienes son unos y otros, y para añadir más claridad el Gerente ha solicitado el anagrama de los sindicatos firmantes. Esta medida la apoyamos sin reservas, debe quedar para siempre los cómplices del mayor expolio a los trabajadores de TUSSAM, que en el futuro los trabajadores recuerden con nostalgia aquellos convenios que algunos calificaban de los mil duritos (¡de subida!) con este” magnífico” convenio del 12% de bajada.

Pero debemos ir más allá porque la ocasión se lo merece. Se debería realizar una edición especial, de unos cuantos ejemplares, con tapas de fino cuero de calidad y cosidas sus páginas con delgado hilo dorado a modo de códice, en letras góticas, de esas que dan prestigio, con la intención de que un ejemplar de convenio se coloque en un lugar preeminente en las instalaciones, por ejemplo en el hall de acceso a las oficinas, eso sí, cubierto por una urna de cristal de buen grosor y sofisticados sistemas antirrobo dado el carácter histórico del contenido del convenio.
Del mismo modo sugerimos que anualmente se instituya un acto de conmemoración de tan feliz  acontecimiento, a modo del 4 de julio americano o 14 de julio francés, donde se mantenga viva la revolución que ha supuesto retroceder en derechos, pues las revoluciones no sólo se hacen para avanzar sino también para desandar lo que durante décadas se consiguió. No debería olvidarse tampoco un pequeño busto de estilo renacentista del Gerente al lado de tan preciado facsímil y, a ser posible, un acuerdo que lo nombre como Presidente de Honor del Comité de Empresa, teniendo en cuenta que ha sido el único que ha convocado en asamblea a los trabajadores.

Mientras estos son los contenidos de esas reuniones importantes problemas siguen sin solución. El silencio cómplice de los sindicalistas, roscofóbicos o no, se hace palpable ante situaciones inadmisibles. La línea de aeropuerto, la que más recauda, sigue sin tener mamparas, otrora casus belis de algunos, sin que se conozcan un programa de actuación para su instalación.
Del mismo modo los horarios de los servicios en la mayoría de las líneas son prácticamente irrealizables, sin que por parte de los roscofóbicos se exijan una modificación de los mismos, quizás porque sus delicadas manos hacen años ya que no tocan la goma de un volante. Desconocemos desde UGT si quien hace los horarios ha contemplado la posibilidad de coger viajeros en las paradas, incluso si conoce que a veces hay que sacar la rampa, si funciona, o solo ha contemplado salir de una cabecera y llegar a la otra sin detenerse. El fatigoso sindicalismo de 8 a 15.00 o de 9 a 14.00, de lunes a viernes con sus correspondientes descansos de fines de semana mantiene el silencio oportuno.
Sigue sin nombrarse al Representante de los trabajadores en el Consejo de Administración, un derecho de todos que continua inculcado bajo el paraguas de unos representantes sindicales que no ven el momento de que este derecho pueda ser ejercido.
Lo del vestuario es de acto caricaturesco de una comedia teatral, donde los damnificados vuelven a ser los trabajadores y la culpa parece ser que es de un individuo calvo que antes pululaba por TUSSAM.

Este silencio ante asuntos de envergadura no puede ser casual. ¿Por qué callan los roscofóbicos? ¿Que hay detrás de este silencio? ¿Hay algo escondido que justifique  esta anemia sindical? Algunos escribir, escriben, es más, hasta hacen revoluciones en papel, o les dicen a otros que la hagan, pero lo cierto es que problemas de enjundia siguen ahí sin resolución prevista a corto plazo. Son ellos los representantes de los trabajadores, los que tienen la legitimidad de las urnas, y las horas sindicales que otorgan las mismas, para hacer frente y solucionar los graves problemas laborales.

La firma del convenio colectivo supone a modo de Pax Romana la total pacificación de los que antes reivindicaban cualquier asunto que afectara a los trabajadores. Aquellos que en 4 años solo han hecho tres escritos no han visto afectada su actividad sindical. Nada hacían antes y nada siguen sin hacer. Y los que llegaron a pedir hasta 10 días de huelga general están esperando que sean otros las que las convoque. Para justificarse hay quien hace referencia al mundo exterior, a la situación de otras empresas, curiosamente los mismos que exigen a los sindicatos mayoritarios contundencia ante los derechos perdidos, pero que en TUSSAM han sido doblegados por una gerencia que ha conseguido su objetivo.