Hace unos días un periódico local confirmó lo que algunos barruntábamos, y es que el anterior Gerente de TUSSAM forma parte de la platilla con la categoría de Jefe de Departamento, pero que está asignado a la Agrupación de Interés Económico (AIE) para desarrollar tareas que contemplen la mejora y optimización de los recursos de las empresas municipales. Ni que decir tiene que colocar a quien fue despedido cibernéticamente por el Alcalde en asuntos de esa envergadura sólo demuestra que sus grandes conocimientos no podían ser desaprovechados, dada la excelente gestión llevada a cabo por tan ilustre personaje.
Pero en todo esto hay una primera contradicción; se le despide como Gerente pero reingresa como Jefe de departamento para hacer lo mismo que estaba haciendo en TUSSAM, pero a la vez ascendiéndolo, pues ahora su función orbitará sobre todas la empresas municipales.
Desconocemos de momento desde UGT si el acceso a la plaza de Jefe de departamento ha sido como consecuencia de un nombramiento nuevo o fue solicitada en base a esa posible excedencia que este individuo solicitó hace casi 20 años.
Si es la primera opción no tenemos nada que objetar, salvo nuestro rechazo a la decisión del Alcalde de permitir su contratación, premiando de esta forma la gestión de un individuo que ha pasado a la historia negra de esta empresa. Esto demuestra que la derecha zoidiana no es esa que algunos querían ver de regeneradora de la praxis política.
Si es la segunda opción tenemos nuestras dudas legales, que serán consultadas, de si tras 20 años de excedencia, cuando el convenio colectivo recoge un máximo de 10, puede un sujeto acceder a esa plaza que en su día abandonó.
Pero lo más paradójico es que al ser Jefe de departamento le afecta directamente nuestro convenio colectivo, pues pertenece a la plantilla, y por tanto beneficiario de sus derechos. Es surrealista que quien ha tenido como obsesión destruir todos los derechos laborales de nuestro convenio sea ahora beneficiario del mismo, ya que si ahora mismo está en la empresa es por la posibilidad de la excedencia que recoge el convenio, a no ser, como hemos dicho antes, que sea una contratación nueva.
Sea como sea, lo cierto es que la derecha ha convertido al Arizaga en un compañero más de la plantilla, sujeto a las mismas normas que todos nosotros. En esto parece ser que se basa la cercanía que tanto propagaba el Alcalde. Hasta es posible que algún día lo veamos a las 5 de la mañana en las puertas de cocheras defendiendo un convenio colectivo digno, e incluso luchando con vehemencia contra los recortes que están negociando el nuevo Gerente con el Comité de Empresa.
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