¿Llegaran en la Unión Europea a legalizar el trabajo infantil? Démosle tiempo a ese grupo de selectos tertulianos que se pasean por los medios de comunicación opinando de todo para crear en las conciencias de los ciudadanos la necesidad de que los niños trabajen unas cuantas horas al día, justificando los incalculables beneficios de aplicar esa medida, quitándolos de las peligrosas escuelas que solo sirven para crear personas reflexivas y para que aprendan desde pequeños cual es su lugar en la sociedad de clases, es decir, cual es su sitio si nacieron de padres trabajadores. Y para ello, el primer paso ya lo han dado con el incremento de las tasas universitarias que dejaran fuera a miles de hijos de trabajadores. Primero se generan los argumentos justificativos de tales medidas, después se propagan incesantemente mediante el control de los medios de comunicación, y por último, convencida la ciudadanía de ello, se legisla.
Eso mismo ha pasado en TUSSAM durante los últimos años en los que, como corolario a toda la propaganda, se llegó a un acuerdo de Convenio Colectivo que nos hacía retroceder en el tiempo por primera vez en la historia laboral de la empresa. Una y otra vez se advertía de la necesidad de llevar a cabo un Plan de Viabilidad como medida indispensable para que la empresa saliera del pozo económico en el que se encontraba. Vamos a recordar algunos de los argumentos que ofrecían de manera insistente para convencer a la plantilla:
“El mantenimiento del carácter publico, del empleo y las condiciones laborales y sociales están garantizados con este preacuerdo, (…), dotándonos de herramientas que nos permitirán por un lado eludir los ataques que seguro continuaran llegando por parte de los poderes políticos (…).”
“Estamos convencidos de que este preacuerdo nos dará a todos la estabilidad necesaria para afrontar el futuro con mayores garantías (…).”
“Con el SI podremos decidir y moldear el futuro de todos”. “Con el SI conoceremos el camino que nos queda por recorrer”.
Todo esto ha quedado en evidencia con el tristemente famoso Real Decreto-ley 20/2012 y la Ley 2/2012 de Presupuestos General del Estado aprobados por el Gobierno conservador de España. ¿De qué garantías, estabilidad, futuro, certezas, caminos conocidos hablaban? Al final toda era retórica vacía, fuegos artificiales para envolver una claudicación sindical pancista sin precedentes (el preacuerdo de Convenio Colectivo contenía duros recortes salariales, pero suculentos avances en disponibilidad de horas sindicales para los firmantes del mismo).
Esa propaganda invasiva y agresiva que durante meses bombardeó a los trabajadores con el argumento de que era imprescindible los recortes en TUSSAM, queda en segundo plano ante la magnitud de los recortes del Gobierno de derecha. Desde ahora la viabilidad de nuestra empresa no pasa por la aceptación de los escandalosos recortes pactados con los sindicatos con representación en el Comité de Empresa. A partir de ahora somos una empresa intervenida, como seguramente lo será el Estado. Es el Gobierno conservador quien dicta las medidas adecuadas para salir de la crisis, aun en contra de su propio programa electoral.
Con el aumento de la jornada en 110 horas al año y el dramático recorte salarial para el 2012 debería ser más que suficiente, aunque desde la sección sindical de UGT pronosticamos que no se pararan solo con estas medidas, que vendrán más y más duras, porque son insaciables. De ahí la necesidad de la unidad de todos los sindicatos. Unidad que se escenificó en la última Asamblea General de Trabajadores convocada por los sindicatos representados en el Comité de Empresa y que a los pocos días parece ser que no es tal.
A estas alturas nadie puede decir que los trabajadores de TUSSAM no hemos sufrido duros recortes en derechos, tanto económicos como sociales, algunos pactados con los miembros del Comité de Empresa, otros impuestos por el Gobierno del Partido Popular para, según ellos, salir de la crisis financiera en la que se encuentra el país como consecuencia de unos especuladores que destruyen el tejido productivo con el único fin de enriquecerse todavía más.
Seguimos desde UGT convencidos de la necesidad de UNIDAD ante los problemas que de momento tenemos, esa fue nuestra posición en la Asamblea General y la mantendremos, a pesar que últimamente algunos escritos de otras organizaciones sindicales parecen ser que se empeñan en todo los contrario. Cierto que cada uno hace lo que puede desde su independencia, pero debemos ser consciente del momento en el que estamos y del reforzamiento de la imprescindible UNIDAD de acción.
Aceptamos también, como no podía ser de otra manera, la disparidad, la discrepancia, el disenso entre diferentes puntos de vista, pero eso no justifica calificarlas de electoralistas o de demagogas, es lícito que cada uno las exponga y defienda como mejor crea o sepa, sin obligar a nadie a pensar como nosotros, y por eso no tienen que calificarse de traidores o vendidos.
La actual situación es muy difícil para la clase trabajadora, con eliminación de derechos que se creían consolidados y que han desaparecido, haciéndonos retroceder muchos años y, lo que quizás es peor, viendo cómo aquello que nos legaron los que estaban antes que nosotros no vamos a poder dejárselos, si no hay una verdadera UNIDAD, a nuestros hijos.
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